La capacidad para tomar decisiones acertadas es probablemente el principal requisito que se espera de un ejecutivo, a la hora de crear una estrategia o implementar sus planes. Pero, en la Era de Digital la toma de decisiones pasa, en mi opinión, por un replanteamiento. Con la abundancia de datos que tenemos y factores como la hipercompetitividad, la revisión permanente de modelos de negocio y la presión por innovar en velocidad creciente, es de esperar que haya una influencia importante de tal ambiente en la toma de decisiones.
Este blog no se aventurará mucho en la parte cognitiva o psicológica de cómo ocurre esta influencia. Lo que me interesa es identificar qué está pasando y cuáles son los desafíos de la Era Digital que cambian (o no) algunas prácticas importantes del marketing y de la comunicación. A partir de ahí, mi objetivo es encontrar algunos principios – y aprender de ellos. Porque decidir en la Era Digital es, seguramente, revisar creencias, prácticas e imaginar el futuro de una manera que no es simplemente una continuación del pasado. Es algo arriesgado por naturaleza porque la tecnología digital solo está empezando a presentar sus posibilidades. Por lo tanto, nos toca aprender o aprender.
Los peligros del reduccionismo en las decisiones
La realidad, como observan Martin y Smith en su artículo en la Harvard Business Review sobre los límites del management como una ciencia, es más compleja y no debemos pensar que con más datos, algoritmos y AI seremos más capaces de tomar, siempre, mejores decisiones. Eso puede ser un peligroso reduccionismo. «Innovadores frecuentemente incorporan descubrimientos científicos en sus creaciones, pero la genialidad de verdad está en su habilitad en imaginar productos y procesos que simplemente nunca existieron antes», comentan.
Es decir, hay que encontrar caminos en la incertidumbre, y al mismo tiempo encontrar soluciones sin todos los datos disponibles, que es, al fin y al cabo, lo que se espera de un ejecutivo. Como también observan Martin y Smith, ¨los datos no son más que evidencias, y ni siempre es obvio a que se refiere esta evidencia. Además, la ausencia de datos no invalida una posibilidad. Si estás hablando acerca de nuevas consecuencias y comportamientos, entonces naturalmente no hay evidencia previa».
La Era Digital no es solo bytes, datos y algoritmos y mucho menos la continuidad lineal de lo que la ciencia prescribía en el pasado. Es mucho más que eso. Es, como fue con otras revoluciones semejantes, el efecto de nuevas tecnologías en la sociedad de manera, a veces, disruptiva e imprevisible. Por lo tanto, tienes que entenderla bien para saber jugar con el fuego de sus posibilidades – y tomar buenas decisiones.